Tengo que confesar qué el naranja nunca ha sido mi color favorito, pero reconozco que es un color muy vital y que aporta energía y carácter a los ambientes. Cálido y luminoso en todas sus tonalidades, crea atmosferas muy acogedoras, que encajan bien en ambientes rústicos y ponen una nota más natural en viviendas urbanas.
El naranja atrae las miradas, por lo que conviene dosificar y repartir cuidadosamente los detalles en este color. Uno o dos toques de naranja son suficientes para renovar todo un ambiente.
Con los crudos, ocres y tierras consiguen armonía y serenidad. En combinación con verdes y violetas logran un contraste más atrevido, aunque igualmente cálido.
Con los colores Orange Barcelona y el Duck Egg Blue + Pure White de Annie Sloan podemos conseguir acabados como este. |
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