domingo, 19 de enero de 2014

EL PLACER DE RECIBIR

Qué gusto da recibir a los amigos. Abrir las puertas de nuestra casa, conseguir una mesa preciosa y una atmósfera acogedora, idear un menú especial para ese momento. Es una estupenda ceremonia que incita nuestra imaginación estética y gastronómica. Para compartir ese placer también con vosotras, nuestras lectoras, hemos escogido diferentes mesas que se corresponden, por su decoración, su escenario, a las cuatro estaciones del año. Primavera, verano ,otoño e invierno: todas son épocas buenas para recibir en casa  y cada una exige una ambientación.

 

 MESAS DE INVIERNO
 
Cuando las temperaturas bajan y el frío se apodera de las calles, nuestras casas nos recuerdan lo confortables que son, y nos acogen y resguardan, ofreciéndonos su hospitalidad. Es un momento excelente para invitar a los que más queremos a compartir con nosotros el calor del hogar, y a que nos acompañen en los almuerzos, las meriendas o las cenas, ofrecidas en mesas acogedoras, vestidas con todo detalle.
 
 
LA HORA DEL TÉ
 
Recuperar la encantadora, y a menudo descuidada, tradición de las reuniones a media tarde para compartir una merienda es un motivo más que suficiente para rodearnos de amigos y familiares y saborear un buen té.
 
 
        La combinación de elementos clásicos, como los manteles o los objetos de cristal, con toques especiales como el nacarado, crea un estilo muy personal.
 
 
 Para acertar con todos los gustos, lo ideal es presentar en la mesa varios tipos de té, al menos tres o cuatro, para que cada invitado pueda elegir el que prefiera. Los que venden en lata, además de conservar todo el sabor y el aroma, dan un toque especial a la mesa.
Si hay algo imprescindible para acompañarlo son unas cookies y si son caseras ,mejor .Preséntalas en un tartera con tapa de cristal y resultaran aun más irresistibles.
 
  
 
A LA LUZ DE LAS VELAS
 
 Cualquier ambiente iluminado con velas adquiere un encanto muy especial. El matiz dorado de la luz, los cambios de intensidad de la llama, el aroma que desprende la cera, todo  forma parte de una magia impalpable que transforma cualquier velada en una noche única. Porque las velas no están reservadas a una cita íntima o una cena romántica .Una reunión entre amigos también se merece disfrutar de esta iluminación tan hermosa. Para crear el ambiente perfecto solo hay que saber ubicar correctamente las velas, elegir diferentes tamaños y situarlas en distintos lugares de la estancia, para que el juego de luces y sombras sea el verdadero protagonista de la noche.
 
 
Las posibilidades para colocar las velas son infinitas. Dentro y fuera de la mesa. para que todo el comedor disfrute de su luz mágica y titilante.
Una noche a la luz del as velas merece toda nuestra imaginación. No te limites a los tradicionales portavelas; puedes emplear unos sencillos frascos de cocina, que resultarán muy originales y darán un toque informal. En el exterior puedes aprovechar cualquier objeto, como unas escaleras, unas jaulas......
  
 
 
El encanto que poseen los candelabros y sobre todo, los infinitos dibujos que va trazando la cera derretida al caer por sus laterales hacen que se conviertan en el mejor elemento decorativo.
 
Fotos: PINTEREST




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